Si los humanos curamos con dedicación cualquier mínima herida por miedo a que se infecte, imagina el peligro que suponen las heridas abiertas en mascotas que no tienen las mismas medidas higiénicas que nosotros.
Curar a tiempo y de forma correcta una herida abierta de nuestra mascota supone la diferencia entre que ésta se cure pronto o que por el contrario se infecte y empeore. Por ello, si nuestro perro, gato o cualquier otra mascota sufre un accidente o percance que le provoca una herida abierta, recomendamos acudir lo antes posible al veterinario. Estos profesionales son expertos en tratar estas patologías y serán los más indicados para explicarte como debes curar a partir de ese momento la herida para proteger la salud y estado del animal.
Limpiar y desinfectar
Lo primero que se hace para curar una herida es limpiarla. Este paso permite eliminar bacterias y materiales extraños de la zona, que serían los culpables de posibles infecciones. Para este paso puede bastar con utilizar suero fisiológico, aunque podemos utilizar otros productos como povidona yodada o clorhexidina. Además, si nos servimos de una jeringa de unos 60 ml podremos hacer presión y limpiar con mejores resultados la herida, especialmente si es más profunda.
Siempre usaremos gasas estériles o un paño limpio, evitando siempre el algodón, ya que puede dejar restos de fibras en la herida. La limpieza deberá realizarse desde dentro hacia fuera, para evitar así que la suciedad vuelva a la herida.
Para ir más allá con la limpieza y eliminar el tejido muerto de la herida, es posible tener que recurrir a una escisión quirúrgica para extraer el tejido muerto por capas, teniendo especial cuidado con tendones, huesos y nervios. Si alrededor de la herida hay tejido sano suficiente, se podría extraer los tejidos muertos en bloque.
Los apósitos también ayudan en la desbridacióna al absorber los detritos necróticos y su alejamiento de la herida.
Las heridas puedes infectarse muy rápido por cualquier microorganimos que se encuentre en el aire o en la piel del propio animal. Estos microorganismos pueden colonizar la herida y reproducirse en ella, incluso criar larvas en los peores casos.
Cerrar la herida
Cerrar una herida o dejarla abierta es algo que deberá valorar el veterinario, dependiendo del animal y del tipo de herida. En miembros distales, al tener tan poca laxitud la piel, puede dificultarse el cierre, por lo que a veces puede ser necesario hacer injertos cutáneos de localizaciones más alejadas.
El modo de cerrar las heridas puede hacerse de distintas formas:
- Cierre inmediato, es el tipo de cierre primario.
- Cierre primario retardado, que se haría cuando no ha aparecido aún el tejido de granulación y no existe infección, de un día a tres días después de la lesión.
- Cierre secundario, que se lleva a cabo una vez aparece el tejido de granulación. Este tejido ayuda a controlar la infección y llena los defectos titulares.
- Cierre por segunda intención, que promueve el tejido de granulación, contracción y epitelización por medio de apósitos. Puede ser el mejor remedio para evitar dehiscencias inesperadas e infecciones.
Si la herida es leve, para que cicatrice más rápido será mejor dejar que se seque al aire. En estos y otros casos, para evitar que el animal se lama la herida es aconsejable utilizar un bozal o un collar isabelino de plástico.