La diabetes no es sólo un problema que afecte a las personas, ¿sabías que los perros y los gatos son cada vez más vulnerables a esta enfermedad?
Los malos hábitos alimentarios, el consumo de alimentos que cada vez son menos naturales y con más ingredientes de origen industrial y el estilo de vida falto de actividad física ha propiciado que la diabetes sea un problema de salud cada vez más habitual tanto en personas como en sus mascotas.
Así dejan constancia numerosos estudios, que afirman que los casos de diabetes en animales domésticos se han incrementado notablemente a nivel mundial en los últimos años. Entre las razas que mayor subida de diabetes han sufrido se encuentran los labradores, schnauzers, “westies”, huskies y King Charles spaniels en el caso de los perros; y birmanos, abisinios, Maine Coon y British Shortair en cuanto a los gatos.
Se calcula que, en la actualidad, son diabéticos 1 de cada 200 mininos y 1 de cada 500 canes.
Estos números reflejan a la perfección lo que está ocurriendo en humanos, con una prevalencia cada vez mayor de insulino-dependientes.
Entre los dos tipos de diabetes (la tipo I y la tipo II), es precisamente la II la más frecuente en mascotas, siendo esta la que aparece en la edad adulta.
Cuando se padece diabetes el cuerpo genera una cantidad de insulina inferior a la normal por parte del páncreas y la incapacidad del organismo de utilizarla de manera eficaz. Esto provoca que algunas sustancias esenciales para el correcto funcionamiento celular como los azúcares, los aminoácidos, electrolitos y ácidos grasos no puedan pasar al interior de las células.
Los animales no tienen necesidad de ingerir alimentos como cereales u otros carbohidratos, por lo que la mala alimentación hace que estos componentes se transformen en azúcares en el interior del organismo, lo que lleva a un exceso perjudicial en sangre. De hecho, los carbohidratos forman hasta el 80% de la composición del pienso procesado. Además, las formulaciones que indican estar libres de cereales contienen abundante azúcar procedente de patatas, guisantes y otras legumbres.
¿Qué síntomas presenta una mascota que sufre diabetes?
– Pérdida de peso. Aunque la mascota coma con normalidad, la energía no se utiliza de manera eficiente y se produce una pérdida de peso progresiva. De hecho, otro síntoma puede ser un aumento de apetito, propio de la falta de aminoácidos esenciales.
– Sed contante y ganas de orinar con más frecuencia. El exceso de azúcar en sangre se elimina por la orina, mientras que el incremento produce también una deshidratación que requiere mayor consumo de líquidos.
– Falta de energía. La privación energética produce periodos incrementados de sueño y letargo.
– Extremidades traseras débiles. Más frecuente en gatos, que pasan a andar agachando la parte trasera de su cuerpo y apoyando toda la pata en el suelo.
– Problemas de vista. Esta en cambio suele ser más común en perros y puede desembocar en ceguera. En el caso de los gatos también pueden sufrir cataratas si no se diagnostica a tiempo.
– Infecciones del tracto urinario. El azúcar provoca el crecimiento bacteriano.
– Fallo renal. Se asocia más frecuentemente a gatos con diabetes.