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Displasia de cadera en perros

Displasia de cadera en perros

¿Qué es la displasia de cadera?

Cuando hablamos de displasia de cadera en perros nos estaremos refiriendo a un desarrollo anormal de la cadera del animal.

Cuando una cadera está sana, el acetábulo (o zona de anclaje de la cabeza femoral) ocupa en su totalidad la cabeza femoral, encontrándose en posición central para impedir que los huesos rocen al andar. En cambio, si la cadera del perro ha sufrido un desarrollo anormal, la cabeza femoral no está alineada con la cadera, produciendo dolor al sufrirse un roce al caminar.

Pero no siempre se sufre el mismo grafo de displasia, éste puede variar, al igual que su tratamiento.

-Grado 1: La alteración es mínima y se produce una pequeña subluxación y pocos cambios degenerativos.

-Grado 2: La sublemaxión lateral de la cabeza femoral está más marcada, con un 25% o 50% fuera del acetábulo.

-Grado 3. En estos casos la cabeza femoral está fuera del acetábulo entre el 50 y el 75%, produciendo grandes cambios degenerativos.

-Grado 4. Aquí se produce una luxación de la cabeza femoral con aplanamiento del borde acetabular y la cabeza femural. Con cambios degenerativos graves.

La genética y las influencias ambientales están vinculadas al desarrollo de esta enfermedad, por lo que se ha clasificado como poligénica o multigénica. Es decir, que los perros heredarán una mayor o menor predisposición a la displasia según su etapa de crecimiento y su manifestación.

Grupos de riesgo

-Por tamaño del perro. Los perros que tienen a tener una mayor predisposición a sufrir displasia son aquellos de talla grande o gigante con articulaciones blandas, razas cuyo crecimiento es muy rápido, tales como San Bernardo, Mastín, Golden, Labrador o Pastor Alemán.

-Por el tipo de cuerpo. El grupo de riesgo en este sentido son aquellos perros grandes con un cuerpo pesado, redondo y robusto, con grasa abundante en el tejido subcutáneo, cuyo cúmulo puede llegar al 5% o al 10% del peso del cuerpo sobre los tejidos de los cuartos traseros. Los músculos son menos prominentes y menos desarrollados.

-Modo de crecimiento. Las razas con más prevalencia crecen más rápido, los cachorros comen vorazmente. Se recomienda cuidar la dieta y evitar el sobrepeso. Una dieta hipocalórica a partir de los 3 meses y hasta los 8 meses protege de la displasia.

Síntomas que produce la displasia

Cuando la displasia aparece en cachorros es posible apreciar una cojera importante. No puedo considerarse que un perro está libre de displasia hasta que cumple dos años y se comprueba la ausencia de la enfermedad con una radiografía, ya que mientras que la cadera crece la posición va cambiando y apareciendo diferentes alteraciones.

Cuando aparece en perros muy jóvenes (entre los 5 – 6 meses de edad), se aprecia una cojera importante. No se considera a un perro libre de displasia hasta que cumple dos años y la ausencia de la enfermedad se verifica a esa edad con un radiografía, ya que durante el crecimiento, la cadera va cambiando de posición, apareciendo diferentes alteraciones.

En este caso, la enfermedad suele aparecer de forma repentina, con 5 o 6 meses de desarrolla una cojera aguda. El cachorro puede perder las ganas de pasear o jugar. Pueden percibirse cambios de humor y resbalones, o que al andar junten las piernas de atrás como dando saltos. Puede que la los síntomas desaparezcan al cumplir el año, pero vuelven a aparecer por la artrosis que se produce.

Tratamiento

Es importante que ante estos síntomas el perro sea llevado a una clínica veterinaria.

El tratamiento de la displasia suele requerir cirugía, de forma precoz para cambiar el desarrollo de la articulación y la pelvis, o ya en la edad adulta para reducir el dolor y la descapacidad. Algunos de estos métodos son escisión del músculo pectineo, triple osteotomia de cadera, artroplastia de la cabeza femoral, forage, prótesis de cadera… al final el tratamiento es puramente paliativo.

También pueden aplicarse métodos conservadores como programas de tratamiento, mantenimiento o incremento de la movilidad de la articulación, mantenimiento de la propiocepción y optimización del peso.

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